ENSOÑACIÓN - Jesús Molina (1903 - 1968).
Caminando por lugares y calles del pasado. Paseando, sin pensar en nada, simplemente dejándome llevar por la melancolía del día, sin mirar, sin ver.
Lugares
y personas casi olvidados, de otro tiempo, de otro pueblo. Y los recuerdos,
esos duendes traviesos me hicieron volver. Me vi con quince años, llena de
ilusiones y sueños, de inconsciencia juvenil, de alegría de vivir.
El
primer amor; los bailes; la pandilla. La felicidad de estar juntos. Los
primeros besos a escondidas, el roce de manos, las miradas emocionadas,
arrebato juvenil.
Y
de pronto, en aquel vagabundeo invernal, aquel paseo por el túnel del tiempo, a
lo lejos le vi, con su paso rápido, con aquel tic -todavía- de su hombro al
caminar, con su ceño fruncido, concentrado, como entonces...
Pasó,
rápido, dejando una ráfaga de viento frío y recuerdos de adolescencia.
Que
recuerdos cuando cruzas el espejo de Alicia.
Recuerdos…
“Y por más
que tiempos felices
saquen a
pasear de la mano,
los
recuerdos suelen ser tristes
hijos, como
son, del pasado,
de aquello
que fue y ya no existe”.
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