Día a día

No pido otra cosa: el cielo sobre mí y el camino bajo mis pies. Robert Louis Stevenson

sábado, 4 de enero de 2014

Después de la batalla


Parece una ciudad fantasma.

Ni un ruido, ni un sonido.

Calma total.

Silencio total.

Una ciudad con su caos cotidiano, impone vista y oída así.

Pero según se avanza por esta ciudad solitaria, se ven los destrozos después de la batalla.

Y es que toda batalla tiene consecuencias y estas son desagradables, horrorosas, olorosas y cochambrosas.

Sí, sí, no exagero la batalla del 1 de enero se salda con restos por cualquier lado inimaginable, vomitonas descomunales, botellas, bolsas, papeles, restos de petardos, comida y algún que otro ser humano derrotado por tanta fiesta, tirado de cualquier manera sobre un banco o en la acera.

Y es que con el afán de festejar la salida del año viejo y la entrada del nuevo, nos desatamos de tal manera que perdemos… ¡hasta la consciencia!

El amanecer de una guerra, incruenta, a veces, que el único saldo que deja es dolor de cabeza, mal cuerpo y mucha, mucha suciedad.

2 comentarios:

  1. Pues mi Cande bien lo dices,mucha gente se desmanda por estas fechas y pareciera que si no hay exesos,no hay goces y pues los resltados terminan siendo drsastrosos no solo para los que se propasaron,sinó también para quienes si tener nada que ver los tienen que padecer.
    Un anracito y que los reyes te regalen cosas muy bellas.

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    1. Creo que la cifra es de 22 toneladas de basura recogidas en la Puerta del Sol de Madrid, el día 01 de enero y las calles aledañas a la plaza.

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