Se cierra un año más. Este año ha sido especial, el primer año de
jubilación. El primer año de adaptación a una nueva forma de vida.
Aprendizaje, cambios de rutinas, descubrimientos de nuevas formas de vida.
Me he dado cuenta, por lo menos a mi me parece así, que por muchas listas
que se elaboren, por muchas intenciones que se tengan para cumplir en el año
nuevo, al final la vida te da otros alternativas, otros caminos.
He aprendido a no desear nada, solo quiero vivir, ¡VIVIR!. He aprendido de
mis errores pasados – cometeré más, seguro - he aprendido a perdonar, a
perdonarme; a ver situaciones dolorosas desde distintos puntos de vista y he
llegado a la conclusión de que la amargura, el rencor, el dolor no me han
servido de nada, bueno, para amargarme y amargar mi entorno. Me he sentido enfadada por muchos años, ahora toca reconciliarme conmigo misma y seguir, seguir, seguir…
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