Día a día

No pido otra cosa: el cielo sobre mí y el camino bajo mis pies. Robert Louis Stevenson

domingo, 22 de diciembre de 2013

De cine

De chica, con mi hermana y las amigas, íbamos al cine, a uno de esos cines de barrio de sesión continua donde pasábamos la tarde del sábado, pendientes de la magia de unas imágenes, en aquella inmensa pantalla, que nos hacían soñar.

Damas lánguidas. Mujeres fuertes y luchadoras. Mujeres enamoradas.

Perros que se enfrentaban a mil y un peligros, para defender a su amigo, a su dueño.

Un pequeño hombre con bombín y bastón, que te hacia reír, pero con esa risa amarga de los perdedores, de los que no tienen nada y lo tienen todo.

Casas hermosas, como apariciones mágicas de un sueño, en mitad de grades praderas.

Cabalgadas sin fin. Juramentos, poniendo al cielo por testigo.

Guerras en falda corta; flechas sin punta; espadas sin filo; colosos en llamas.

Conquistadores en barcos de juguete; civilizaciones de cartón piedra que desaparecían porque un monstruo surgía de las profundidades marinas.

Intrigas detrás de una puerta; el sueño de regresar a Manderley. El miedo de unos colmillos rozando un cuello blanco de mujer. Gritos por el susto, alegría por el protagonista salvado en el último momento.

Vaqueros, indios pintados y emplumados para la guerra; piratas, sin pata de palo ni parche en un ojo, saltando por los palos de su barco, con una sonrisa fascinadora…


Tardes hermosas de mi juventud, en el cine Sanz – desaparecido como tantos otros, convertido en un hotel -, de mi barrio, tan lejano…

2 comentarios:

  1. Hermosos recuerdos! Aún llegué a conocer esos pequeños cines de barrio donde podías ver dos pelis en una misma tarde. Así conocí a Han Solo...Delicioso post, y delicioso blog!!!! Brindemos por el cambio de casa ahhh y por la Navidad.

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    1. Brindemos siempre, y porque siempre estemos en contacto a través de nuestros escritos.

      Con todo mi cariño.

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