Bueno pues como hasta San Antón Pascuas son (dicho popular
para cortar el rollito fiestero) se han acabado de golpe y porrazo los anuncios
de colonias. Ya podemos oler a lo que nos de la realísima gana, menos, por
supuesto a caca, que para esto una empresa sagaz ha sacado un ambientador para
después de la cagada, del popo, de la mierda, para que no nos sintamos incómodos.
Mi madre preguntaría - buena
era ella para estas cosas - ¿pero tú
cagas rosas? Y es que creo que hemos llegado al ridículo extremo con esto.
Y con el fin de las fiestas, empieza
enero duro y puro, pues todos constipados, y toda la publicidad viene cargadita
de mocos, toses, fiebres, ojos lacrimosos y demás síntomas catarrales y
gripales.
Me siento
totalmente escatológica hoy.
La imagen pertenece a Quino, por supuesto, y la he copiado
del periódico ABC en los 50 años de Mafalda.