Sí, estamos en Navidad. Millones de luces no dejan que se nos olvide la época especial. El placer de la unión, la buena compañía, las comidas, los encuentros.
Escaparates rebosantes, abetos, belenes, adornos,
música; todo está dispuesto. Lista de regalos especiales, pensados por y para
las personas más queridas.
Pero...
En todo sueño hay un pero.
¿Pero… y los miles de refugiados tirados, deambulando
por media Europa intentando llegar a ninguna parte. Intentando cruzar mares
para llegar a un sueño casi imposible de alcanzar, jugándose la vida, lo único
que les queda?
¿Pero... y todas las mujeres asesinadas por aquellos
que decían que las amaban. De las vidas perdidas en los accidentes de
automóvil, muchos de ellos imprudencias temerarias. Niños sufriendo el abuso de
adultos, niños perdidos y no encontrados, niños vendidos, desaparecidos?
¿Pero… y las familias que saben de una bomba, de una
bala en un ser querido; muertos por las creencias de fanáticos terroristas.
Muertos en guerras absurdas por la supremacía de un país sobre otro. Muertos
anónimos, muertos sin identificar?
No quiero que en estas fechas todos estos
"Peros" se me olviden. Quiero recordar e intentar que el mundo no
olvide a los desfavorecidos porque un día las tornas pueden cambiar y
encontrarme en estas mismas circunstancias y me gustaría que al otro lado
hubiera una mano amiga para apretar la mía. ¡Empatía!
Hoy es día de recuerdos, porque estas fechas están
hechas de todo esto: de tristeza y alegría, como la vida misma ¿verdad?
Recordar a la familia y a los amigos perdidos por el
camino de la vida; a todos los que pensé amigos y no lo fueron; para los que me
pensaron amiga y les fallé; a los que pude hacer daño sin querer, ni saber que hacía daño.
“La esperanza es un árbol en flor que se balancea
dulcemente al soplo de las ilusiones. Severo Catalina”